Ni la ¨temeridad¨ ni la ¨pusilanimidad¨ son buenos consejeros de nuestro camino, ni la primera es valor, ni la segunda, que no es otra cosa que debilidad, es PRUDENCIA.
Sólo esta, que es medio entre las dos, es buena consejera para nuestro camino.
Existen muchos verdaderos peligros en tu vida; a lo largo de las diferentes etapas que tenemos que recorrer, verdadero peligro en nuestras vidas son:
- Un mal consejo, que aceptamos confiado en la sinceridad de quien nos lo da.
- Un mal libro, que bajo las apariencias de científico, atrae tú natural y loable deseo de conocer la verdad; de ampliar los horizontes de nuestros conocimientos.
Peligro en nuestra vida es:
- La ilusión de creerte suficientemente bien instruído y fuerte, para emprender por nuestra propio riesgo la exploración de rutas sin la conveniente dirección….
- De afrontar solo, dificultades que no podrás vencer sin la ayuda de un diestro guía….
Piensa, si no,
- En las incertidumbres de la adolescencia; en la inseguridad de los años juveniles; en la dirección que debemos dar a nuestra vida por la elección de una carrera; en la firmeza y rectitud de los criterios que han de guiar tu conducta durante toda nuestra vida…
- La presencia del peligro no tiene, ni porque acobardarnos, pues ello sería pusilanimidad.
- NI tiene, tampoco, porque llevarnos a tomar una actitud desafiante. Caeríamos en temeridad.
La PRUDENCIA, que debe ser la verdadera actitud que hemos de tomar ante el peligro, se ha definido como ¨La cualidad que orienta al entendimiento, y dirige la voluntad, en la selección de los medios que mejor conducen a un fin¨.
Ella no está reñida con la audacia, con esa audacia que, guiada por la fe, e impulsada por el amor, nos hará superar con éxito las dificultades que se oponen a la realización del ideal propuesto al emprender nuestro camino.
Prudencia es vivir ¨Siempre listos¨ para que el peligro no nos sorprenda desprevenido.
Prudencia es saber consultar a tiempo cuando no estamos seguros de la ruta que debemos de tomar; de la actitud que debemos de tomar.
Prudencia es reconocer con humildad la inferioridad de nuestras fuerzas ante el enemigo al que debemos vencer con la ayuda de los demás.
Prudencia verdadera es, en fin, reconocer y aceptar con amor, la dependencia y necesidad que tenemos de DIOS nuestro creador y nuestro Padre, para recorrer con éxito el camino que Él nos ha señalado y que hemos aceptado.
Carlos H. Hernández Venegas
Jefe Scout Nacional
